Tengo nostalgia de nuestro futuro
cada vez que lo sepultas con tus miedos.
Tengo esa loca nostalgia
de las cosas que llegarán a ser
pero que nunca serán si no las dejas.
La nostalgia es para las cosas del pasado,
pero es tanta la certeza que me embarga
cuando miro en tus ojos y veo el porvenir
como si fueran cosas de largo tiempo conocidas...
De pronto me pongo a recordar como serán las tardes a tu lado
cuando nos cogíamos de la mano a caminar por los parques
o añoro los espacios futuros en que simplemente nos abrazábamos
y dejábamos pasar el tiempo como si no hubieran preocupaciones
Y veo en tus ojos los recuentos
de las numerosas cosas que mañana te dije
y rememoro los incontables poemas, fábulas y versos
que ya me sé de memoria sin haberlos compuesto
y tantas conversaciones, tan conocidas y entrañables, que vamos a entablar.
Siempre fui un nostálgico, anclado en los recuerdos
y me cuesta renunciar a tantas historias
a tantas memorias, a tantos hechos
que no por no haber sucedido aún son menos reales,
porque están ahí palpables y evidentes
cuando me siento a tu lado y se evapora el tiempo
y estamos tú y yo y no existen relojes
ni pasado
ni futuro
y está todo ante mis ojos, tan presente
que cuando te abrazo,
abrazo nuestra historia
y nuestros mundos.