Silencio, indiferencia y pasos que se alejan.
Silencio, hacer de cuenta, decirme que no importa. Silencio, constancia, lección de independencia. Silencio, no pensar, no actuar, seguir las apariencias. Silencio, aprender, acostumbrarse... Silencio, no sentir, no amar, no proyectarse. Silencio, eliminar, cancelar, borrón y cuenta nueva. Silencio, no vivir, no involucrarse. Silencio... Optar por el silencio y no por la censura... Optar por el silencio y por la libertad... Optar por el silencio, defender la dignidad, Optar por el silencio... cuando es todo basura y no hay dignidad, ni libertad, ni mensaje, ni esperanza... Negociar el silencio, ponerle condiciones, firmar acuerdos, pactar las relaciones... como bandos en guerra, como facciones opuestas, como oposiciones... Negociar el silencio, imponer las pretensiones... Cuando lo único que importa, lo único que queda, es la pregunta, trascendental e irresistible de saber cómo amaneciste en la mañana. ¿Qué es el amor? Nadie lo sabe.
Nadie sabe lo que es el amor pero es como una herida benigna un dolor suave y sereno que se incrustra en tu pecho y se queda allí como una daga filosa que penetra sin que lo notes y se abre paso entre la carne y nunca sabes si la herida finalmente te llevará a la muerte. Nadie sabe lo que es el amor pero te incomoda y no te deja estar tranquilo te pregunta, te confronta te llama y te confunde y no responde por más que le preguntas. Te destroza la vida y la reconstruye en el mismo instante en que miras a la persona amada y te refugias en sus ojos y sientes que has llegado al único lugar de paz y de consuelo. Nadie sabe lo que es el amor y muchos huyen de él despavoridos porque viene cargado de recuerdos de cicatrices, de lágrimas y olvidos. Yo no huyo de él, hoy lo acojo y bebo su veneno y con él brindo que para mí el amor es vida y es enojo y es luz y es tormento y alegría que para mí amar es reanimarse y la vida es un don para entregarse y entregarse es un morir estando vivo. Yo escribo, y mi mente huye en mis palabras
Tú lees, y tu mente huye en tus sueños Y a veces escribo para que sueñes y a veces consigo que los espíritus errantes se encuentren a escondidas en mundos ficticios tejidos de palabras y de sueños... Pero es solo un escape y los sueños terminan y las palabras se acaban al final. Todos despertamos al final. Las almas tienen una superficie irregular,
con salientes y cavidades, curvas y planos, y cada alma es única e irrepetible. Las almas encajan como piezas de un rompecabezas, aunque la vida varias veces deba darles vuelta de una forma u otra. Por eso las cosas no suceden siempre en el primer momento, sino hasta cuando el universo se mueve en torno a las fichas y las acomoda. Y allí, por breves instantes, ocurre el milagro: Las partes se complementan, se comunican, y lo llamamos química, por no tener otro nombre que darle. (El beso verdadero es el primero,
los demás son como las réplicas de un sismo) Cuando se besa por primera vez a esa persona, tienes que asegurarte de entregarle la mitad de tu alma para que ella jamás vuelva a estar sola. Y cuando lo hagas, la mitad de tu alma en adelante no podrá estar tranquila hasta ir a buscar su otra mitad. Y mientras la besas, tienes que desear con todas tus fuerzas que la otra persona te dé también la mitad de su alma; porque siempre es útil conservarla como consuelo para los días fríos. Y después, - y esto es lo más hermoso - cuando la vuelves a besar, la mitad de tu alma encaja con la mitad faltante que tu pareja resguarda y vuelves a sentirte completo, pleno, y ya no quieres besar a nadie más. Y sientes que podrías pasar la vida besándola. Y rezas para que no termine ese momento. Mira, la magia
es como una especie de conspiración cósmica que permite que sucedan cosas fuera de lo común... Entonces a veces me pasa que voy por la vida y de repente me doy cuenta que estoy en uno de esos momentos raros especiales y lo llamo magia. Y, bueno, mientras charlábamos anoche de repente entendí lo que sucedía y pude ver dónde estaba la magia de esto, de manera que ya podría interpertar la experiencia y, porque no, tal vez algun día escribir sobre ella. Todo se reveló ante mí cuando hablabamos del entorno. Ahí esta la magia: somos dos seres humanos que se despojan de sus entornos y encuentran un espacio, que no es un lugar, porque no es físico, en el cual pueden compartir un rato juntos sin nadie sin nada casi sin ellos mismos porque no están ni sus cuerpos y existe ese grado de intimidad elevado porque están en un encuentro de pensamientos, de comunicación, que se da a veces en el mundo real pero que ellos lo han extractado como un químico destila un componente en el laboratorio. Y esa es una realidad tan frágil, que sabemos que se rompe al mínimo contacto como una ilusión. Y aún así la mantenemos y dilatamos los encuentros o no abordamos ciertos temas. No es otra cosa que el intento por preservar los momentos. Cuando vi lo nuestro de esa forma me pareció que tenia esa rara estética de la magia y que si la narraba adecuadamente en un futuro otros serían capaces de verla. Se me antojo que era algo profundamente hermoso en sí mismo, más allá de ti y de mí: el hecho, la situación, la encuentro bastante mágica. Como los magos de tiempos olvidados
que buscan el nombre secreto de las cosas para ganar sobre ellas mágica influencia... yo te he hablado de tantas cosas en tu entorno para llenarte la vida de significados y hacer que esos objetos y memorias te hablen todos de mí durante mi ausencia... Te hice brujería, mujer, escribí mi nombre en las plantas y las flores, y tatué mis sílabas en tu blackberry para que no lo puedas ya mirar sin verme. He pintado mi amor sobre los cielos y las calles, los ríos y los desiertos y hasta de tus tacones me he adueñado para que escuches mi nombre en su sonido. Te he llenado de amor en cada instante, y te he hablado de ese amor y de esos besos para que cuando ames y para cuando beses y se te salga el alma por la boca estés condenada a recordarme y a pensar un segundo en ese alguien que te enseñó a besar de aquella forma sin rozar tus labios ni un momento. Y así, con palabras, te he invadido y con palabras pretendo retenerte. Te hice brujería, mi bien, y mis hechizos no son para con palabras conquistarte, ni ganar tu amor con solo magia ni un beso con mi magia arrebatarte. Solo una cosa busco, bien amado: que aunque no tenga la dicha de tenerte, no puedas dejarme solo en pasado ni puedas olvidarme fácilmente. |
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