Quisiera escribirte, hablarte,
de la misma manera como quisiera abrazarte
y besarte
presa de la misma locura
del mismo ímpetu,
de la misma furia.
Quisiera que mis versos se pasearan por tu alma
y te recorrieran en lo más íntimo,
enamorarte con mis palabras y poseerte
y sentir que me llevas dentro
y que piensas en mí a cada paso.
Quisiera tantas cosas, imagino tanto
que a ratos me enfurezco y me aborrezco
por ser así tan tuyo
tan poco mío
tan incondicional
tan miserable.
Entonces, en esos instantes,
quisiera lo contrario
quisiera odiarte y olvidarte
y escudarme en otros brazos
y que no me importaras
y que no te escribiera.
Pero sigo siendo tuyo, sin embargo.